LoRca
He vuelto.
Por fin puedo estar aquí otra vez. He tenido algún que otro problema informático que no me ha dejado entrar en esta alternativa del mundo.
Estos días los estoy pasando con mucho calor, supongo que como todo el mundo, pero aún más cuando te das cuenta de que -por error- todos los radiadores de tu casa se han disparado...
Después de mi leve y tópica queja, quiero contar que normalmente en esta época estival del año me vuelvo muy trascendental... no quiero entrar en detalles ni enredarme en mi laberinto de gusanos, porque podría pasarme líneas y líneas divagando, retorciéndome y haciendo punto de cruz con los filamentos de mis neuronas.
Realmente, lo que me apetece es haceros reflexionar sobre este trozo de poema, teniendo en cuenta la trayectoria de este magnífico personaje:
Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
-A mí se me ponen los pelos de punta.
Por fin puedo estar aquí otra vez. He tenido algún que otro problema informático que no me ha dejado entrar en esta alternativa del mundo.
Estos días los estoy pasando con mucho calor, supongo que como todo el mundo, pero aún más cuando te das cuenta de que -por error- todos los radiadores de tu casa se han disparado...
Después de mi leve y tópica queja, quiero contar que normalmente en esta época estival del año me vuelvo muy trascendental... no quiero entrar en detalles ni enredarme en mi laberinto de gusanos, porque podría pasarme líneas y líneas divagando, retorciéndome y haciendo punto de cruz con los filamentos de mis neuronas.
Realmente, lo que me apetece es haceros reflexionar sobre este trozo de poema, teniendo en cuenta la trayectoria de este magnífico personaje:
Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
-A mí se me ponen los pelos de punta.
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caronte -